Hola, soy Bel Rey y esto es Sin Códigos, un newsletter semanal donde hablamos sobre las cosas que nos pasan en el rubro de la tecnología más allá del código y la programación. Me gusta traer novedades tecnológicas y abrir el debate para entender mejor a donde nos está llevando este mundo en constante evolución. Sin Códigos sale todas las semanas, usualmente los viernes y te suscribís acá:
Feliz viernes Códigonautas, otra semana que se va y nos encontramos en una nuevísima edición de Sin Códigos.
Estos días trabajé en una de las cosas que más me gustan de mi profesión: armado de currícula para un curso. Lo que más disfruto de este tipo de trabajo es la faceta de investigación que me obliga a profundizar en herramientas con las que solamente tuve un contacto casual y superficial.
Es un ejercicio importante para mi por dos motivos
✅ Soy animal de costumbre, y no cambio de herramientas a menos que haya una buena causa.
✅Soy sumamente prejuiciosa con cualquier tecnología nueva.
Dicho esto, pasé horas y horas leyendo documentación de diferentes proveedores cloud, sus costos y capacidades… y me di cuenta de algo terrible.
Navaja suiza de goma
En los últimos años se profundizó la idea de que un buen programador tiene estudios formales en el área ¿Por qué? Porque creció la cantidad de egresados de bootcamps y cursos que solamente saben usar un par de herramientas. Digo esto sin ningún tipo de desprecio, porque al final del día lo que las escuelitas y bootcamps supieron capitalizar muy bien es el hecho de que para algunos trabajos con saber usar un par de herramientas alcanza y sobra.
Pero pasa el tiempo, las herramientas cambian y las empresas sienten que este tipo de perfiles no ofrecen flexibilidad en el caso de un cambio de stack entonces pretenden contratar profesionales con una base técnica general. Si me preguntan a mi no es que estos perfiles no puedan aprender un nuevo stack, es simplemente que las empresas no tienen ganas de hacer el esfuerzo extra para que eso suceda.
Pero ¿Saben cuál es el problema?
Las escuelitas y bootcamps se dieron cuenta de otra cosa. Los programadores formados no tienen ganas de hacer las tareas repetitivas que se le suelen asignar a estos perfiles. Y si se aburren del trabajo se van.
Y amigos de este newsletter les confieso algo: el desarrollo web mainstream se ha vuelto obscenamente aburrido. Las empresas dicen querer perfiles generalistas y formados pero en sus búsquedas piden que seamos expertos en “shopify” o “AWS”. No buscan proficiencia en paradigmas, conceptos y arquitecturas, quieren soldados expertos en tecnologías y peor aún, expertos en proveedores específicos.
Hoy en día es completamente posible levantar una aplicación fullstack en diez minutos usando un meta framework de javascript y un proveedor que nos permita ejecutar funciones a demanda. Y en muchos casos ni siquiera tenemos que entender como funciona la arquitectura en la nube porque los proveedores exponen APIs y escriben todos los ejemplos en su documentación. Es abstracción sobre abstracción sobre abstracción.
Y está bien, porque la abstracción es parte del progreso de la programación como oficio. Que se haya democratizado que tipo de perfil puede levantar una app en diez minutos es objetivamente bueno para la industria.
Nada de esto significa que formarse profesionalmente como programador, ingeniero o licenciado en sistemas no tenga valor. Todas estas maravillosas herramientas están construidas por personas que saben mucho. Es necesario un gran nivel de comprensión para poder crear una herramienta que abstraiga al usuario de toda su complejidad. Pero es completamente natural que quien se forma quiera desafíos más complejos que conectar diferentes proveedores entre si.
El problema al final del día no es del profesional que se forma de una manera u otra. Existe trabajo para ambos tipos de perfil. El problema es del mercado que todavía no tiene una correlación entre los perfiles que necesita y la exigencia en preparación que pretende de los trabajadores. Así que, o nos sinceramos y aceptamos que queremos especialistas en proveedores o empecemos a evaluar la capacidad de adaptación porque al final de cuentas un buen profesional con experiencia puede aprender cualquier herramienta con un poco de tiempo y la documentación a mano.
De cualquier modo creo que a nivel personal es momento de soltar la idea de que tenemos que aprender todos los frameworks, runtimes, bases de datos, herramientas de estilos y demás tecnologías que nos tiran por la cabeza. El mercado es un caniche ansioso y tenemos que colectivamente soltar su ansiedad para centrarnos en lo que realmente importa: Todas están construidas sobre más o menos los mismos conceptos base. Aprender esos conceptos es tener el 80% del camino andado.
Ser desarrollador web hoy en día puede sentirse como tener una navaja suiza de goma: muchas herramientas, pero sin la profundidad necesaria. La formación formal y la experiencia son valiosas, y aunque las herramientas y tecnologías cambian, los fundamentos de la programación permanecen constantes.
Es crucial que como profesionales no caigamos en la trampa de intentar dominar cada nueva herramienta que aparece. En cambio, debemos centrarnos en aprender los conceptos base, que son el verdadero fundamento de nuestra profesión. Esto nos permitirá adaptarnos y evolucionar con el tiempo, sin perder de vista lo que realmente importa.
Sigamos aprendiendo, pero con propósito y enfoque. ¡Feliz viernes y hasta la próxima edición de Sin Códigos!
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¡Nos vemos la semana que viene!
Cuando lei el titulo, pense que habia alguna referencia a Navaja Crimen o a la Navaja de Ockham jaja buena entrega Bel!