Hola, soy Bel Rey y esto es Sin Códigos, un newsletter semanal donde discutimos sobre la importancia que tiene la tecnología en nuestra vida más allá del código y la programación. Me gusta dar opiniones técnicas e informadas sobre novedades tecnológicas y abrir el debate para entender mejor a donde nos está llevando este mundo en constante evolución. Sin Códigos sale todas las semanas, usualmente los viernes y te suscribís acá:
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Hace unos días estaba leyendo mi feed en alguna red social y me encontré con un post personal de un creador de contenido que me gusta mucho. En ese post exponía que encontraba una relación lineal entre gente de derecha que dice boludeces y gente que está interesada en el mundo crypto. Y que le parecía raro dado que el “Dinero electrónico” en si mismo es algo libre de ideologías. Remataba con que en realidad no porque hay una ideología asociada.
Pero ¿Cuál es esa ideología? Vamos a hacer un poquito de arqueología y ver de donde salió este movimiento.
Así que hoy voy a hablar de crypto otra vez. Si, que pesada. Pero a diferencia de otras veces este va a ser un recorrido histórico y, les prometo, lo más interesante posible.
Vamos allá.
En épocas de bull market (subida) la escena crypto está llena de gente intentando vende el fad del momento, ya sean scams, inversiones con retornos estratosféricos o alguna colección de NFTs. Durante los momentos de bear (baja) el panorama se revierte. Los convencidos seguimos trabajando mientras que una minoría pequeña pero muy vocal se junta a tomar cerveza y gritar GM Y WAGMI como si eso fuera a cambiar al mundo.
Los haters trabajan todo el año, en bull critican la tecnología mientras por lo bajo te piden que les recomiendes alguna cueva para saltarse impuestos. En bull se llenan la boca de “te lo dije” y migran, como las golondrinas, a pegarle a alguna otra tecnología que ofenda su moral. Hola AI, fueron por vos, no digas que no te avisé.
Estos ciclos del mercado crypto son cosa reciente porque en realidad todo el movimiento es relativamente reciente. Bitcoin apareció allá por 2009 pero las criptomonedas no entraron a nuestras casas hasta mucho después, 2017 siendo el año donde se masificó seguido del bull en plena pandemia donde aparecieron tantas scams NFT collections.
Pero antes que vos o yo pensaramos siquiera en dinero electrónico hubo mucha gente que se puso a pensar en problemas complejos que ni sabíamos que teníamos. Una de esas personas fue David Chaum.
David es criptografo, matemático y se toma muy en serio su privacidad. Una de sus preocupaciones era como resolver la comunicación entre dos fuentes que se comunican para evitar que sean espiadas o intervenidas por intermediarios.
La leyenda cuenta que un día manejando por la Costa Oeste vió un paisaje muy pintoresco y en ese momento se iluminó: tenemos que hacer algo con pares de claves públicas y privadas.
Si bien la preocupación de Chaum no estaba relacionada estrictamente con transacciones monetarias llegó a la conclusión de que este sistema podía ser aplicado en ese campo también. Pensemos que David formuló sus papers durante la década de los 80’ cuando los pagos electrónicos comenzaban a masificarse. Antes de eso las transacciones tenían la privacidad intrínseca que les confiere el uso de efectivo.
El problema de la privacidad y el dinero es que el dinero completamente anónimo fácilmente se puede utilizar para fines corruptos. Por eso le daba vueltas en la cabeza tratando de entender que solución podía encontrar que brindara seguridad sin comprometer privacidad (y viceversa)
La idea que desarrolló David Chaum es en terminos muy simples algo así:
Yo tengo un banco donde viven mis fondos, ese banco puede verificar que estos provengan de una fuente legal.
Quiero comprar algo en una tienda, realizo la transacción con una tarjeta emitida por ese banco
Al realizar la transacción la tienda confirma con el banco si tengo los fondos suficientes para realizar la transacción. Si esto es así la operación se completa de forma exitosa.
En ningún momento el banco se entera de que compré ni en que tienda lo hice.
En esta secuencia de pasos podemos ver reflejado un principio que años después sería slogan de las comunidad de criptomonedas: Confía pero verifica. Y si, en este caso podemos tener verificaciones pero sin entregarle a ningún participe más información de la estrictamente necesaria.
Chaum es conocido entre muchas otras cosas como el abuelo de las criptomonedas porque sus papers sobre este tema sentaron la base sobre la que décadas más tarde se construiría el whitepaper de bitcoin.
Pero antes de Satoshi y Bitcoin existió otro grupo que fue influenciado por el trabajo de Chaum, el movimiento cypherpunk.
El término "cypherpunk" es una mezcla de "cipher" (cifrado) y "punk" como referencia a la subcultura punk, que desafía a la autoridad y promociona la expresión de individualidad es una sociedad que nos quiere cada vez más homogeneos.
La visión cypherpunk se basa en la idea de que las personas deben tener el control sobre su propia privacidad y seguridad en la era digital, y que el camino para lograr esto es a través del uso de tecnologías criptográficas fuertes y robustas creadas y mantenidas de forma colectiva.
El "Manifiesto Cypherpunk," fue escrito por Eric Hughes en 1993, es un texto clave que articula la filosofía del movimiento y las ideas que los movian. Cabe destacar que Hugues era matemático y trabajó personalmente en la empresa que fundó Chaum para realizar la primera implementación de sus transacciones digitales privadas.
Junto a él se sumaron Timothy C. May y John Gilmore, ambos profesionales y adeptos a las computadoras en sus respectivos campos. Ahora… ¿Saben que más compartian todos estos señores además de su amor por la computadoras? Si, adivinaron, eran libetarios.
Ahora, cuando decimos libertarios en este contexto hablamos de los verdaderos libertarios, que odian al estado y sus impuestos pero no tienen problema con que dos hombres chapen porque respeto irrestricto del proyecto de vida etc etc. No sé si son mejores que los libertarios que tenemos acá, pero en la teoría suenan un poco mejor.
La diferencia principal es que estos muchachos no estaban solamente en contra de que los estados tuvieran acceso a su información y a regulaciones. También se oponían fuertemente a que cualquiera de estas cosas fuera controlada por empresas privadas. Ideologicamente están más cerca de una minarquía que de la privatización del estado para su beneficio personal.
Si nos metemos en el archivo puede parecer que el más extremo e individualista en su visión era May, quien escribió en uno de sus tantos mails:
“The Crypto Anarchist Manifesto”
“The State will of course try to slow or halt the spread of this technology, citing national security concerns, use of the technology by drug dealers and tax evaders, and fears of societal disintegration. Many of these concerns will be valid; crypto anarchy will allow national secrets to be trade freely and will allow illicit and stolen materials to be traded. An anonymous computerized market will even make possible abhorrent markets for assassinations and extortion. Various criminal and foreign elements will be active users of CryptoNet. But this will not halt the spread of crypto anarchy.”
O sea básicamente a May no le importaban las consecuencias de la revolución criptográfica porque para él la libertad y privacidad eran lo más importante.
Si tuviera que sacar conclusiones sobre la influencia ideológica que estos muchachos dejaron en las criptomonedas me parece innegable aceptar que está ahí, pero creo que dista de ser lo único.
Creo que la importancia de la privacidad es un factor a tener en cuenta, y es quizás la antorcha que muchos proyectos han decidido tomar para seguir construyendo. Hay algo también de la construcción colectiva que escapa un poco al modelo “individualista libertario de derecha cryptobro”. Pero eso no significa que le escape del todo, simplemente puede ser individualidad colectiva.
Principalmente, creo que el problema que intentó resolver Chaum es completamente válido, y si miramos su trabajo más reciente nos podemos encontrar con proyectos donde sigue esta linea y la aplica a entre otras cosas, defender la democracia.
Las ciencias de la computación tienen la particularidad histórica de ser muy jóvenes, eso nos trae como consecuencia que sus referentes no hayan todavía sido agraciados por el halo dorado que otorgan la distancia y el olvido. Muchos incluso están todavía vivos y pueden decepcionarnos en cualquier momento.
Tantas otras disciplinas están plagadas de herramientas que usamos y admiramos pero fueron obtenidas y desarrolladas de formas que hoy consideraríamos poco éticas. Tiene que existir un balance entre el origen de una herramienta y su evolución. No podemos todo el tiempo condenar aquello que nace de un entorno que no nos gusta. O quizás si, pero en todo caso no se angustien, yo igual les voy a seguir pasando el dato de la cueva cuando me lo pidan.
Aguante la criptografía. Nos vemos la próxima.
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